El proceso de producción no fue sencillo, hicimos varias pruebas hasta que encontramos el material idóneo, una cinta lo suficientemente resistente. Queríamos que todo fuera lo más «made in Spain» posible, por eso buscamos proveedores cercanos.
Cosíamos el kit nosotros mismos pero cuando las ventas empezaron a crecer nos vimos obligados a externalizar la producción. Necesitábamos a alguien que le pusiera el mismo empeño que le dedicábamos nosotros. Por ello actualmente trabajamos con Loli, una costurera de Yunquera que se encarga de dar vida a los anclajes, y con Isabel, encargada de las fundas del colchón.